Blogia
inconformes

¡Vamos de compras!

Todos aquellos que vivimos en la periferia de Madrid estamos siendo testigos de un fenómeno impensable hace unos años y consecuencia lógica del "progreso" y crecimiento que ha experimentado la zona : los macrocentros comerciales.
Escribo este artículo en relación al flamante nuevo centro "Plaza de la estación" (creo que se llama así) que cual ficha de Tetris se ha asentado como bien ha podido en lo que antes era un triste descampado. Muy bonito pero encajonado a más no poder. Claustrofóbicos abstenerse.

A nadie le cabe la menor duda del negativo impacto mediambiental del invento, en pocos días ha llenado una zona más o menos tranquila de ruidos, coches etc...además de que su mera existencía esta destinada a acabar con el pequeño comercio de la zona.
Y es que claro, ¿Donde van a comprar ahora los niños las chuches? ¿En el viejo quiosko de la esquina (que presumiblemente se llame Pepi) o en chuchelandia, donde pueden encontrar 200.000 nuevas formas de destrozarse los dientes?
Imagina el futuro : calles sin ninguna tienda llenas de rancios soportales. Si no eran feas y tristes ya...

Sin embargo lo que mas me molesta no es eso. A fin de cuentas y mirándolo por el lado bueno (y tan bueno!) estos centros traen bajo el brazo muchos puestos de trabajo. De trabajo basura, temporal y deleznable en el peor de los casos pero trabajo al fin y al cabo. Pero no es eso. Es el hecho implicito de "crearnos" una necesidad de comprar compulsiva.
Donde vivo (y en cualquier ciudad de provincias que se precie) hay tal cantidad de estos centros, tal invasión de tiendas de todo tipo que tengo mis necesidades mínimas y básicas sobrecubiertas. Y las no básicas, los caprichos, no solo sobrecubiertos sino acrecentados día a día.

¿De verdad son necesaríos tantos macrocentros de este tipo?
No soy tan contrario a ellos como pudiera parecer, de hecho a la hora de perder la tarde viendo tiendas soy uno más y gusta que un recinto ofrezca todo tipo de servicios, pero ¿no son demasiados? Me pregunto cuantos van a sobrevivir de aquí a unos años.
No tengo una queja expresa de que la existencía de estos mostrencos me prive de otras cosas (teatros, auditorios...que no obstante podían ser mas numerosos), pero esta visto que el metro cuadrado de suelo esta en peligro de extinción, y su depredador natural es la especulación inmobiliaría.

Además lo verdaderamente peligroso del asunto a mi parecer es la cultura con la que sustentan su existencía.
Es decir : meterse en un cubículo gigante y desperdiciar la tarde adquiriendo cosas que no necesitamos.
Y claro no se te ocurra ir a dar una apacible vueltecilla nada mas...tienes que comprar algo!!! No seas rata, no seas un bicho raro!
Lo dicho, que como todo método de resistencía y cualquier intento de actividad alternativa no solo es inutil sino que esta mal visto voy a darme una vueltecilla por allí. Eso si voy a darme prisa porque mañana mismo abren otro...y ya no va a estar de moda ir a este. Que para comprar cosas inutiles hay tiempo pero esto de las modas es muy fugaz. Y hay que estar a la última ya se sabe.

1 comentario

Toni -

Vaya, cuanto más os leo, más me gusta esto de inconformes, pero más lejos os veo (intelectualmente hablando). Tengo que reconocer que es una idea la de este blog que me encanta. Ojalá tuviera yo esa capacidad de expresion, ¡buf!
Seguid adelante, chicos.