historia de un ciudadano raro
Existe un rumor en el viento, se dice que alguien camina sin rumbo llorando cada noche, sólo.
Se dice que desde hace años comparte cama con la soledad, que hace el amor con el silencio. Muchos son los que dicen haberlo visto pero nadie puede demostrarlo.
Siempre anda con una máscara que a la mayoría asusta, a otros tantos atrae y a pocos causa indiferencia. Yo le vi la otra noche, su máscara era blanca, reluciente, bella pero sus ojos...sus ojos lloran agujas, están llenos de tristeza, vacuos de plenitud, desesperados de poder mirar sin miedo. Nevaba, su pasión dejaba un rastro de nieve derretida a su paso, dejando al descubierto un camino que sólo podía llevar a un lugar, el dolor.
Dicen también que fue la luna su única compañera durante su infancia, que un rumor de olas llenaba sus juegos, plenos de imaginación y creatividad desbordante; en ellos viajaba a mundos paralelos donde era feliz, donde la gente le miraba a los ojos y sonreía sinceramente, donde el amor no era sólo un verbo y donde la libertad no hacia mejores a los hombres, sino simplemente hombres.
Aún ahora viaja a otros mundos con su imaginación en sus paseos nocturnos, cubierto de su máscara forjada de soledad, se refugia en los pequeños detalles como si quisiera absorber cada gota de aire que hay en ellos, porqué la esperanza murió hace tiempo en las grandes palabras, porque jugando con la luna de pequeño descubrió que el mundo no es un lugar para vivir, sino para morir y porqué, una vez más, descubrió que en este mundo a veces es mejor jugar sólo que no jugar
Se dice que desde hace años comparte cama con la soledad, que hace el amor con el silencio. Muchos son los que dicen haberlo visto pero nadie puede demostrarlo.
Siempre anda con una máscara que a la mayoría asusta, a otros tantos atrae y a pocos causa indiferencia. Yo le vi la otra noche, su máscara era blanca, reluciente, bella pero sus ojos...sus ojos lloran agujas, están llenos de tristeza, vacuos de plenitud, desesperados de poder mirar sin miedo. Nevaba, su pasión dejaba un rastro de nieve derretida a su paso, dejando al descubierto un camino que sólo podía llevar a un lugar, el dolor.
Dicen también que fue la luna su única compañera durante su infancia, que un rumor de olas llenaba sus juegos, plenos de imaginación y creatividad desbordante; en ellos viajaba a mundos paralelos donde era feliz, donde la gente le miraba a los ojos y sonreía sinceramente, donde el amor no era sólo un verbo y donde la libertad no hacia mejores a los hombres, sino simplemente hombres.
Aún ahora viaja a otros mundos con su imaginación en sus paseos nocturnos, cubierto de su máscara forjada de soledad, se refugia en los pequeños detalles como si quisiera absorber cada gota de aire que hay en ellos, porqué la esperanza murió hace tiempo en las grandes palabras, porque jugando con la luna de pequeño descubrió que el mundo no es un lugar para vivir, sino para morir y porqué, una vez más, descubrió que en este mundo a veces es mejor jugar sólo que no jugar
1 comentario
Esther -
Enhorabuena por tu texto y por sobrevivir en una ciudad que añora caricias y abrazos, simplemente jugando a ser tú.