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inconformes

Crónicas de mi cuaderno de cuadros

El siguiente artículo pertenece al amigo Toni. Muchas gracías por colaborar con nosotros :

Hoy me está dando por fijarme en la forma de saludar de las personas con las que me encuentre, o que se hallen en el mismo sitio que yo. El "qué pasa" resuena en mis tímpanos, siendo casi la única frase audible. Las manos se entrechocan con aire de superioridad, de decir "aquí estoy yo", y puedo observar que todos estos individuos comparten un peinado de punta, corto al estilo cenicero, y una forma de andar que me recuerda al viejo John Wayne cuando bajaba de su caballo. Aquellos que son diferentes, o que llevan una vestimenta asociada con una temática musical poco comercial pasan desapercibidos, con la cabeza gacha y emitiendo un casi unaudible "hola", mientras sus propios compañeros les miran como si fuesen bichos raros. Me duele ver tamañas muestras de desprecio en gente tan joven, por lo que, en ocasiones, miro de forma similar a los que suponen una mayoría intransigente, convirtiéndome casi en uno de ellos que sólo le da la vuelta a la tortilla. Menos mal que de vez en cuando recuerdo que somos personas y trato de oír lo que éstas me dicen. A veces pienso que ser rebelde es llevar la contraria a la mayoría. Quizás alguien pueda decirme que ser rebelde es vivir tu propia vida, y tomar tus decisiones sin ser coaccionado por nadie. Sin duda le escucharé atentamente, pero seguiré pensando que esa definición no es de una persona rebelde, sino libre (siempre que sea consecuente con sus actos y respete las libertades del resto, si no es un déspota). Estoy cansado de estereotipos y etiquetas. No quiero ser bakala, ni heavy, ni rapero, ni español, ni alemán, ni cristiano, ni musulman... soy una persona cosmopolita, un ciudadano del mundo, hijo de mis padres y amigo de mis amigos. Eso es lo que me importa.

Toni

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